Las ondas de choque pasan a través de los tejidos cutáneos mediante un masaje neumático, sin causar daños. El tratamiento de ondas acústicas utiliza los mecanismos de reparación natural del cuerpo humano para reafirmar el tejido.
Actualmente son utilizadas en medicina regeneradora, en la rehablitación musculo-esquelética para tratar la inflamación, la calcificación, los procesos condrales y para el alivio del dolor. Es un procedimiento terapeútico habitual de primera opción en fisioterapia, ortopedia y medicina deportiva. Aunque los campos de la estética y la dermatología la utilizan cada vez con mayor auge, éxito terapeútico y frecuencia.
La compresión y descompresión provoca efectos biológicos microscópicos instersticiales y extracelulares, que potencia el incremento de la circulación sanguínea, la vascularización y la regeneración de los rejidos.
Entre sus efectos terapeúticos se busca la rotura parcial de los septos fibrosos causantes del aspecto de la piel de naranja.
Esta vibración genera también una importante activación de la circulación y un importante drenaje de la zona, así como una estimulación del metabolismo de las células grasas (adipocitos), disminuyendo el tamaño de las mismas mediante la permeabilización de su membrana celular.
Por lo tanto, la aplicación de las ondas acústicas produce un efecto multifactorial sobre la celulitis, mejorando su textura, firmeza y elasticidad.
Efectos biológicos de las ondas de choque:
- Estimulación de la microcirculación (sangre/linfa).
- Reducción de grasa en las células adiposas, aumentando la permeabilidad de las células grasas.
- Aumento de la elasticidad de las fibras del tejido conectivo.
- Mejora la tonicidad de la piel.
- Estimulación del metabolismo celular.
Se puede aplicar en piernas, muslos, glúteos, abdomen, brazos y determinadas zonas con celulitis y adiposidades.
Las ondas de choque son un tratamiento seguro y sin efectos secundarios.